“El talento de un ejecutante reside en su facultad de ver lo que está de hecho en la partitura y no, ciertamente, en su determinación por encontrar lo que a él le gustaría encontrar”. Igor Stravinski “Para mí, la música no es una profesión sino un modo de vida. La inmersión, la concentración absoluta, es una condición sine qua non para el intérprete No debemos permitir que nuestros pensamientos se vayan por las ramas: la mejor manera de comunicarnos con el oyente es comunicarnos con nosotros mismos y con la música que estmos interpretando”. “La música incluye una cantidad de normas sencillas: nada de entrenamiento mecánico, nada de esperar pasivamente la inspiración, sino una búsqueda consciente de un vínculo entre la expresión y los medios para conseguir el efecto deseado.” “Pasar de hacer música a la vida cotidiana es muy difícil”. “Toda obra de arte tiene dos facetas: una dirigida hacia la eternidad y la otra, hacia su propio tiempo.” “Separar el lado técnico del expresivo, en música, es como separar el cuerpo del alma”. “La reflexión y la remembranza son tan importantes para un intérprete como el apasionamiento”. “En la música no se puede separar el pensamiento de la emoción, la racionalidad de la intuición: todos esos elementos se unen para formar una unidad.” “Decía Einstein que lo más inexplicable del universo era que fuese explicable. Parafraseándolo, podríamos decir que lo más explicable de la música es su inexplicabilidad. Después de cada observación y análisis, siempre queda un elemento que resulta incomprensible. Para mí, esa es la característica trascendental de la música”. “Ninguna ejecución musical representa el final del camino, sino que siempre es el principio de uno nuevo”. Daniel Barenboim, “Mi vida en la música”